Artiach es una de las empresas galleteras más antiguas de Europa,
          con más de un siglo de historia.
          Sus orígenes se remontan a 1907, cuando la familia Artiach
          puso en marcha su primer obrador en Bilbao.
En sus primeros
          años, la producción se realizaba en un pequeño local en la calle
          García Salazar y en 1921
          Artiach trasladó su fábrica a la Ribera de Deusto, una zona
          clave en el desarrollo industrial bilbaíno. Allí se convirtió en un
          referente dentro del sector galletero, con modernas instalaciones y
          un equipo mayoritariamente femenino.
        
          El espíritu emprendedor siempre nos ha guiado en la
          búsqueda de nuevas recetas, dando vida a sabores únicos que
          han endulzado momentos familiares y se han convertido en auténticos
          iconos que han trascendido generaciones.
          Desde nuestros inicios, hemos apostado por la innovación para
          sorprender y hacer que cada galleta sea especial.
          Hoy seguimos ese camino,
           combinando tradición y tecnología para seguir ofreciendo
          productos únicos.
        
      
      
          La clave de nuestro éxito siempre ha sido la misma:
          ingredientes cuidadosamente seleccionados y el saber hacer de
          nuestros maestros galleteros.
          Con cada galleta que horneamos, queremos transmitir nuestras ganas e
          ilusión de convertir
          un momento cotidiano en algo extraordinario. En Artiach
          mantenemos nuestro compromiso por seguir ofreciendo lo mejor,
          generación tras generación.
        
          Elaboramos galletas que se han ganado un lugar especial en la
          memoria de todos. Artinata, Chiquilín, Dinosaurus, Filipinos, Marbú
          o Princesa son solo algunas de las marcas que forman parte del
          universo Artiach.
          Cada una de ellas tiene su personalidad, su historia y su sabor
            inconfundible, convirtiéndose en parte de la vida cotidiana de millones de
          personas. No solo representan productos, sino también recuerdos
          entrañables y una
          conexión emocional con quienes nos eligen día a día.